Adolescentes y jóvenes

Queremos seguir caminando con los/las jóvenes.  Muchos de ellos/as están comprometidos/as en el trabajo por la justicia e inquietos por el futuro del planeta.  Otros/as sufren la marginación, la pérdida de sentido y de esperanza en el futuro del mundo.  Algunos/as desean entregar sus vidas con generosidad al servicio de los/as demás.  Necesitamos estar con todos/as ellos/as en su búsqueda de Dios, de sentido y del valor de la vida.

(Capítulo General 2008)

 

Vocaciones

Andamos con la certeza de que es Dios el que llama. Dios que se sigue expresando en esta necesidad profunda de encuentro. Siempre es Él el que toma la iniciativa, el que pone y despierta la semilla de la pregunta que abre camino al sentido y para qué de la vida.

Nuestro Dios Padre y Madre nos invita a una vida plena. Dependerá de nosotras/os el acoger y dar espacio a esta verdad, y disponernos con confianza a des-cubrir cómo y por dónde se irá haciendo carne esa invitación en nuestra vida.

 

La escucha de ese sueño de Dios, muchas veces, y en especial en quienes sentimos el llamado a Su seguimiento a través de la vida religiosa, nos agarra de sorpresa, de imprevisto. ¡Nos desconcierta totalmente! Rompe con nuestros planes y esquemas. Tanto que a veces nos resistimos, damos pelea.

Sin embargo, esa vivencia interior se pone en tensión con la paz y alegría que da este llamado. De ahí mismo brota la fuerza y la confianza para dejarnos conducir y atravesarlo. En definitiva, es Él quien “se hace cargo”.

 

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Espacio de oración

¿Qué es para mí el espacio de oración mensual?
Cuando llegué, no sabía con claridad qué era lo que buscaba. Me habían invitado durante todo un año. Confieso que lo fui descubriendo poco a poco, aunque aún me falta mucho.
Pisar este espacio, es pisar tierra sagrada, transitar un tiempo sagrado. Cada detalle, en lo sencillo, está pensado para que el orante esté cómodo. Ese cuidado y ese amor a uno lo envuelven en una especie de bucle, donde el reloj va más lento y el corazón se activa en modo encuentro.

 

Mirar a los costados y reconocerme hermano es una experiencia que llenó de alegría mi alma. A muchos de los participantes los conocí allí, pero siento que ya los conocía de antes.
¿Y qué buscaba? A medida que la dinámica de cada mes me iba motivando y permitiendo entrar en el lenguaje oracional, fui vislumbrando que lo que se estaba avivando en mí era un anhelo. Ese anhelo, del que habla Anselm Grüm mostrando que “desborda todo lo humano y, en última instancia, solo encuentra su descanso en Dios.” (2009:85) 1 . Realmente no sabía que lo que estaba buscando y quería era eso: descansar. También ignoraba que ese descanso era tan necesario para la vida y para la fe; lo aprendí en el espacio de oración mensual. (Vengan a mí todos los que están fatigados y agobiados, y yo les daré alivio. Mt.11, 28.)

 

En cada encuentro, nuestras acompañantes nos aclaran con insistencia que este camino se hace “cada uno a su tiempo, a su ritmo, trazando el recorrido propio.”. El descanso está en la libertad de abrirse al aprendizaje, acompañado por quiénes, fieles al estilo de Jesús, saben ir a nuestro lado, sin invadir, sofocar o imponer.
El espacio de oración mensual es una comunidad orante, abierta y participativa. No siempre estamos todos los que componemos el grupo, pero los presentes persistentemente aprovechan la ocasión para rezar por los que no están, convirtiendo ese momento en un sacramento de vida y fraternidad.
Personalmente no he podido estar en alguna instancia, pero la sensación, a lo lejos, de sentirme en la ronda, me ha hecho vibrar fuertemente. Y esa “vibra” llega muchas veces a través de un mensaje que dice “te extrañamos, te tuvimos muy presente.”


En cada una de las convocatorias, se nos invita a multiplicar lo que vivimos entre nosotros invitando a otras personas. Pienso que es la mejor manera de dar gracias a Jesús por este regalo que nos permite mantenernos en camino como peregrinos de y en esperanza.

 

Grupos de adolescentes

Es un espacio semanal para lxs adolescentes en el que se busca gustar el regalo de caminar en grupo y acompañar el proceso de crecimiento de esta etapa vital que atraviesan. Apoyarse, compartir sueños, tensiones, luchas, desafíos, gozos, preguntas, alegrías y dolores. Busca ser un espacio de vida, animado por una mirada integral y transformadora de la persona en clave de Evangelio.

El juego, la reflexión y la oración son hilos que atraviesan nuestra propuesta. No faltan los paseos, los campamentos y los encuentros con otros grupos.

 

Voluntariado Internacional

Nuestro programa de voluntariado internacional, desde el estilo educador de Magdalena Sofía, en reciprocidad y colaboración con los proyectos educativos de la Sociedad del Sagrado Corazón de cada Provincia, ofrece a los jóvenes experiencias de inserción, servicio y solidaridad, con y para personas y grupos vulnerables.


En Argentina y Uruguay nuestra propuesta consiste en:
Posibilitar una experiencia de servicio y vida comunitaria para jóvenes por un tiempo prolongado, dónde puedan participar en algún proyecto donde nosotras, las religiosas, estamos vinculadas.


Favorecemos un espacio para:
- Vivir una experiencia comunitaria desde una opción por los más pobres.
- Posibilitarles conocer más de cerca nuestra espiritualidad, carisma y estilo de vida en
seguimiento a Jesús.
- Participar en proyectos educativos desde donde colaborar en la construcción de un mundo
más justo y solidario, al estilo de Jesús.